
El bisfenol A (usualmente abreviado como BPA), es uno de los compuestos químicos que más presente está en nuestro día a día. Se trata de una sustancia de naturaleza química, que fue descubierta en 1891 y que comenzó a utilizarse en gran medida desde la década de los 60. Es un sólido incoloro y persistente en el medio ambiente debido a su liberación de manera continua.
El bisfenol A se utiliza para fabricar plástico y resinas epoxi. El plástico basado en BPA es resistente y está presente en el interior de multitud de recipientes, de envases de alimentos y bebidas, vajillas, biberones, botellas de agua, latas de conserva, dispositivos médicos y dentales, equipamiento deportivo, electrodomésticos, papel térmico en los que se imprimen recibos de compra, entradas de cine, etc. En odontología se utiliza en muchos casos empastes dentales cuyos materiales son liberadores de BPA.
Por tanto, a día de hoy, los seres humanos estamos expuestos al BPA de manera habitual, siendo la exposición a través de los alimentos la fuente más importante de riesgo debido al contacto con los envases de comida y bebida.
¿Qué consecuencias tiene el BPA para la salud?
A pesar de ser tan común y estar tan extendido en numerosos objetos y materiales cotidianos, actualmente está clasificado como un producto altamente preocupante. Sus propiedades afectan al sistema endocrino, por lo que es probable que pueda causar graves efectos en nuestra salud según la Agencia Europea de Sustancias Químicas.
Éstos sostienen que bloquea o interfiere en las acciones de las hormonas, como por ejemplo, de los estrógenos. Además, parece ser un factor de riesgo asociado a enfermedades como la diabetes, la obesidad y algunos tipos de cáncer.
El uso del bisfenol A en la odontología
En España, cada vez son más las clínicas dentales que usamos materiales libres de esta sustancia a fin de evitar en nuestros pacientes el efecto tóxico (indicados en los estudios más recientes).
Uno de los efectos que tiene la utilización de este compuesto en la odontología, especialmente cuando la exposición es muy alta, es dañar el esmalte de tus dientes, que por su propia naturaleza tiene su mayor incidencia en los pacientes con menor edad.
Otro de los riesgos a los que te expones cuando se usan materiales con Bisfenol A en la cavidad bucal es que aparezcan procesos neurológicos de cierta relevancia, entre los que destaca la ansiedad.
Al tratarse de una sustancia con fuerte capacidad para desequilibrar el sistema hormonal de las personas, algunos de los últimos informes publicados aluden también a que puedan iniciarse alguna clase de tumores en los órganos más sensibles al BPA. Además, la diabetes también puede estar relacionada con los trastornos orgánicos que pueden aparecer con el BPA.
¿Entonces por qué no se prohíbe si tan tóxico es?
Porque los estudios que se han realizado hasta la fecha no han obtenido datos concluyentes. En los estudios del BPA en los años 2015 y 2016, se llegó a la misma conclusión; y es que los niveles de BPA que hay en nuestro entorno, ahora mismo no suponen un problema para la salud pública.
Si aun así quieres prevenir el consumo de bisfenol A, puedes buscar en las etiquetas de los productos plásticos que adquieras, especialmente aquellos que contengan comida. Fíjate en que su etiqueta indique que son “libres de BPA”, “sin bisfenol A”, o “BPA free”.
Si necesitas realizarte un empaste dental, puedes tener la tranquilidad de que en Clínica Dental Dra. Mª José Oltra, utilizamos materiales no liberadores de BPA.
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