
La caries es una enfermedad periodontal capaz de destruir el esmalte de los dientes, que es la sustancia más dura del organismo humano. Ataca progresivamente todas las partes del diente y puede tener consecuencias muy graves para la salud.
El cuerpo humano alberga de manera natural un gran número de bacterias. La mayoría de ellas son inocuas y necesarias para el buen funcionamiento del organismo, y sobre todo para la boca. Aquí, la saliva, las bacterias y los restos de comida terminan juntándose en la superficie de los dientes y forman la placa dental. Si la placa no se elimina cada cierto tiempo, termina por atacar el esmalte de los dientes. A partir de entonces, si no se trata, avanzará atacando los tejidos, cada vez a más profundidad.
La primera fase del desarrollo de la caries es indolora y los síntomas son difíciles de percibir. Es aconsejable acudir al dentista para que pueda detectarla en una revisión, porque si no, la caries avanzará sin darnos cuenta.
A continuación, la caries ataca a la dentina (o marfil), la sustancia de la que está compuesta la mayor parte del diente. En esta fase, la caries ya es dolorosa. Pero la caries no se detiene, sino que puede alcanzar la pulpa dentaria, que es donde se encuentran los vasos sanguíneos y los nervios del diente. Esta infección provoca un dolor muy agudo.
Si no se toman medidas, la caries avanzará hasta alcanzar el tejido que rodea al diente: los ligamentos periodentales, el hueso y la encía. Llegado ese punto, el dolor es mucho más intenso que un dolor de muelas habitual y puede provocar el desprendimiento del diente.
Si observas unas manchas blancas en el diente, se trata de la formación de una nueva caries (caries inicial). Estas manchas no son fáciles de reconocer. El método más eficaz son las radiografías realizadas por el dentista. Si notas algún dolor o alguno de los dientes más sensible que de costumbre, puedes visitarnos en nuestra Clínica situada en Blasco Ibáñez de Valencia.