
¿Por qué se ponen los dientes amarillos? La causa de que los dientes amarilleen es que al irse desgastando el esmalte dental se expone una sustancia llamada dentina (o marfil) que es de un color un poco amarillo. Por eso es más común que los dientes se vayan haciendo más amarillos con la edad, porque los dientes están más desgastados.
Además del desgaste natural del diente, hay otros factores externos que pueden contribuir a que los dientes se vuelvan “amarillentos” como puede ser el tabaco, el alcohol, el estrés o una higiene incorrecta. Independientemente de estos factores, hay personas que tienden a tener los dientes más blancos que otras personas. Para comprobar si tus dientes son de tendencia amarillenta por genética o por factores externos, basta con hacer una sencilla prueba: si todos los dientes tienen el mismo tono es tu tono natural; si por el contrario unos dientes presentan un tono más amarillo que otros es debido a otros factores no genéticos.
En ambos casos, se puede acudir al dentista para someterse a un tratamiento de blanqueamiento dental. Los precios de un blanqueamiento dental pueden oscilar según el tratamiento que se le aplique y la duración del mismo. En los últimos años, la odontología estética está siendo muy demandada y el blanqueamiento dental es uno de los tratamientos estrella, ya que el resultado es espectacular y perdura mucho en el tiempo. Con un proceso sencillo se consiguen unos dientes blancos y brillantes, y se puede lucir una bella sonrisa.
Existen varias técnicas de blanqueamiento y el uso de unas o de otras depende de las necesidades de cada paciente. Es posible que solo se requiera un blanqueamiento por fuera o también puede que sera necesario blanquear por el interior del diente. También hay técnicas que blanquean todos los dientes a la vez y otras que lo hacen uno por uno. Sea cual sea la necesidad, el dentista recomendará qué técnica es la más adecuada para cada paciente.
La más común es la técnica que emplea una fuente de luz para blanquear los dientes. Se les aplica un gel con peróxido de hidrógeno, que es fotoactivo y luego se apunta la luz a las piezas dentales. Este tratamiento se suele realizar en dos o tres sesiones de veinte minutos cada una y se completa en casa con unas férulas y geles blanqueadores que entregará el dentista después del tratamiento.
Es importante recordar que un blanqueamiento dental no sustituye en ningún caso a una limpieza dental, sino que son complementarios. Un blanqueamiento es un tratamiento estético pero no “limpia”. Hay que tener unos dientes blancos, pero también limpios y saludables.